Contra el sistema deleznable, contra el orden excluyente, la palabra y la poesía, contienen los elementos suficientes que la repelen, la energía que lo repudia. La verdadera poesía, funda la luz del entendimiento contra la represión, la capacidad de la fraternidad contra el egoísmo; en fin es la vida contra la muerte.
Con la poesía nos volvemos mas humanos, entramos en los sueños posibles e imposibles; y la palabra permite nombrarnos y reconocernos y trascender. Cada minuto, debemos recordar, que la palabra y la poesía son nutrientes vitales de nuestras vidas. La lucha, el sueño de construir un mundo nuevo, son resultados heroicos de dichos nutrientes. ¡Es que cuando la conciencia se impregna de poesía, es difícil cambiarla o destruirla!
Es por eso que defenderemos esta revolución cultural con la vida, si es necesario. La cultura (y más si es revolucionaria), convierte al progreso como un hecho cotidiano labrado en colectivo. La acción revolucionaria nos devolvió la palabra, la palabra en su más profunda esencia y gracias a esto, el pueblo ahora es visible.
Emilio Pino
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